La nueva normativa termina de configurar la casi imposibilidad de interrumpir el embarazo en el sureste de EE.UU.
El presidente Biden aseguró que se trata de una "pesadilla" y que Trump es el responsable.
La entrada en vigor a partir de este miércoles en Florida de una nueva ley que prohíbe el aborto desde la sexta semana de embarazo termina de configurar la casi imposibilidad de esta práctica en el sureste de EE.UU., según ponen de relieve los detractores de la normativa.
"El sureste ya está experimentando una crisis de salud pública y prohibir el aborto en Florida solo empeorará la situación", señaló a EFE Lauren Brenzel, directora de campaña de Floridans Protecting Freedom.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo este miércoles que la nueva ley del aborto de Florida -que entró en vigor a medianoche- es una "pesadilla" cuyo responsable es su antecesor y actual candidato a la Casa Blanca, Donald Trump.
En un comunicado de su campaña, el mandatario recordó que Trump presume de que los jueces que puso en el Tribunal Supremo revocaran la sentencia que permitía el aborto en todo el país desde hacía 50 años, "haciendo posibles prohibiciones extremas como las de Florida".
"Ahora quiere ir aún más lejos y ha dejado muy claro que, si es elegido, firmaría una prohibición nacional del aborto", advirtió Biden sobre los planes del republicano, que aunque dijo hace semanas que apoyaba una restricción a las 15 semanas ahora parece haberse desdicho.
Las restricciones en Florida son las últimas adoptadas por decenas de estados conservadores en Estados Unidos que, tras la sentencia del Supremo de 2022, han hecho muy difícil que las mujeres puedan abortar donde gobiernan los republicanos.
En Florida está previsto un referéndum para noviembre, coincidiendo con las elecciones presidenciales, en el que los electores tendrán que decidir precisamente sobre el derecho al aborto en ese estado del sur.
