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"Pepe" Mujica deja un legado de cambios sociales y gestos humanitarios

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Autor: Cooperativa.cl

El presidente de Uruguay dejará el domingo el cargo en manos de Tabaré Vásquez.

Su peculiar forma de ser y algunas innovadoras leyes lo convirtieron en una figura de alcance mundial.

 EFE

"El mundo puede que no sepa dónde está Uruguay, pero sí quién es Pepe Mujica", dijo hace unos días el cantautor español Joan Manuel Serrat,

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El presidente uruguayo, José Mujica, dice adiós a un mandato marcado tanto por cambios sociales como la despenalización del aborto, la regulación del matrimonio homosexual y la legalización de la marihuana, como por gestos humanitarios como la acogida de refugiados sirios y de presos de Guantánamo.

La peculiar forma de ser de su presidente y algunas leyes innovadoras han convertido a Uruguay en tendencia mundial, a pesar de que la deteriorada situación del sistema educativo y de la seguridad pública preocupan sensiblemente a la ciudadanía.

Sus mensajes contra el consumismo y varias leyes aprobadas durante su mandato han hecho de Mujica una figura conocida en los cinco continentes.

Asimismo, tuvieron gran repercusión internacional sus decisiones de acoger como refugiados en Uruguay a ciudadanos sirios que escapaban de la cruenta guerra de su país y de recibir de la misma forma a seis exreclusos del penal de Guantánamo (Cuba) "por razones humanitarias".

"El mundo puede que no sepa dónde está Uruguay, pero sí quién es Pepe Mujica", dijo en una reciente visita a este pequeño país sudamericano de 3,4 millones de habitantes el cantautor español Joan Manuel Serrat, para quien la personalidad "franca y honrada" del "gordito campesino uruguayo" ha conectado con el pueblo.

Humilde y pobre

Los clichés de "humilde" y "pobre" han acompañado a Mujica en toda su Presidencia (2010-2015), durante la cual ha cedido buena parte de su sueldo para fines sociales.

Como hizo su antecesor en la Presidencia, Tabaré Vázquez, al que precisamente traspasará el mando este domingo, Mujica declinó residir en el palacio presidencial y ha seguido viviendo en su granja de la periferia de Montevideo junto a su esposa, la senadora Lucía Topolansky.

"En el exterior aparece como una figura de un país remoto en el mundo que despierta simpatía sobre todo en los niveles más populares", dice a EFE el sociólogo y director de la encuestadora Factum, Eduardo Bottinelli.

"Ha proyectado al Uruguay, que era más bien conocido por figuras estelares del fútbol y ahora ha pasado a ser famoso por el presidente 'pobre, humilde y austero'", explica a Efe Jorge Lanzaro, profesor del Instituto de Ciencia Política de la Universidad de la República.

Críticos "duros" en Uruguay

Sin embargo, en opinión de Lanzaro, la fama que el veterano político tiene "afuera" no se corresponde con la de "adentro", donde tiene críticos "muy duros", y no conforma a muchos sectores de la oposición pero tampoco a muchos críticos de dentro del propio FA.

Así, las encuestas daban en noviembre a Mujica un 65 por ciento de aprobación popular y diferentes sondeos han situado en los últimos tiempos la educación y la seguridad pública como los problemas que más preocupan a la ciudadanía uruguaya.

"¿Es que nosotros estamos perfectos en materia de seguridad? De ninguna manera (...) Pero comparativamente con lo que pasa en América Latina somos una especie de oasis. Lástima que no nos demos cuenta", dijo recientemente José Mujica.

Al hacer autocrítica, el presidente reconoce que le hubiera gustado "poder hacer más cosas" en el tema de la educación.

"Mujica lo trazó como una de sus prioridades en su discurso de investidura y en educación prácticamente no pudo hacer nada. En gran parte por la fuerza que tienen los sindicatos en la educación, que trabaron varios de los proyectos que tenía para hacer cambios", oinó el director de Factum.

Reducción de la pobreza y desempleo

Reducir la pobreza del 40 al 11 por ciento, mejorar la distribución de la riqueza y dejar un nivel de desempleo "históricamente bajo" -6,5 por ciento en diciembre- son las tres bazas económicas que Mujica y Vázquez atribuyen a la primera década de gestión del izquierdista Frente Amplio, al que ambos pertenecen.

Esta coalición de izquierdas llegó al poder, según Mujica, en un contexto -la grave crisis bancaria de 2002- al que se hizo frente priorizando la inversión y dando "seguridades y beneficios" para que se radicaran capitales y pudieran generarse fuentes de trabajo.

Ahora, diez años después, Vázquez (2005-2010), que volverá a gobernar desde el 1 de marzo, continuará la política económica que ha generado el "crecimiento" del país pero consciente de que desde 2015 ese incremento no será "tan grande" como en la última década.

Con su adiós a la jefatura de Estado, a la que no pudo volver a postularse por impedimento constitucional, desde el 3 de marzo el viejo guerrillero de 79 años ocupará su lugar como senador, desde donde tratará de ejercer de hombre de diálogo y ayudar, según sus palabras, en "lo que pueda, de buena voluntad".

Ídolo mundial 

Mujica dejará la presidencia de Uruguay el próximo domingo elevado a la categoría de ídolo mundial por su austero estilo de vida, su rechazo al protocolo y su "sentido común", como él mismo lo define.

Cuando este desaliñado presidente, hoy de 79 años, se aproximó al atril de la Cumbre sobre el Clima Rio+20 de 2012 en representación de un país de poco más de 3,4 millones de habitantes, nada hacía presagiar que su discurso traspasaría fronteras en internet.

"Que estamos vivos por milagro y nada vale más que la vida. Y que nuestro deber biológico es por encima de todas las cosas respetar la vida e impulsarla, cuidarla, procrearla y entender que la especie es nuestro nosotros", exclamó entonces Mujica entre otras afirmaciones que lo encumbraron a profeta de un modo de vida más sencillo, natural y feliz.

Su vida en la granja

Así, repentinamente, Uruguay se llenó de periodistas extranjeros ávidos por descubrir el hábitat y las costumbres de este "campesino con sentido común", como le gusta denominarse, cuyo paso por el grupo guerrillero Tupamaros le dejó seis heridas de bala y 14 años de prisión durante la dictadura uruguaya (1973-1985).

Allí encontraron una realidad rara para el presidente de una nación, pero habitual para los uruguayos: que vive en su muy humilde granja a las afueras de Montevideo, que cultiva flores, que dona el 90 por ciento de su salario para construir viviendas sociales y que maneja su propio Volkswagen "escarabajo" de 1987.

Acompañado por su mujer, la senadora Lucía Topolansky, también ex guerrillera tupamara, y su perra Manuela, de tres patas, apareció retratado en los diarios de medio mundo sentado en el jardín de su casa como un abuelo sabio, calzado con sandalias y con los pantalones arremangados.

Bajo el dogma de que "a los que les gusta mucho la plata hay que correrlos (echarlos) de la política", Mujica se ha cansado de repetir que él no es "pobre", sino que precisa poco para vivir.

Barack Obama, Mijail Gorbachov, Dilma Rousseff, Hugo Chávez, Michelle Bachelet, Juan Manuel Santos o Fidel Castro han sido algunos de los líderes mundiales que han expresado estos años su admiración por el "Pepe", al igual que artistas tan variopintos como Joaquín Sabina, Ricky Martin, Andrés Calamaro, Emir Kusturica o la banda Aerosmith.

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