A dos meses y medio de su inicio, el viernes 1 de agosto, desde este lunes vive sus últimas horas el juicio contra el sacerdote John O'Reilly, acusado de haber abusado sexualmente de dos hermanas, alumnas del Colegio Cumbres, recinto en el que él oficiaba como guía espiritual.
El Tercer Tribunal Oral de Santiago -conformado por los jueces María Teresa Barrientos, Francisco Berríos y Carola Herrera- escuchará durante esta jornada los alegatos de clausura de la defensa y los querellantes.
Tras esto se dará al líder de la congregación de los Legionarios de Cristo la oportunidad de dirigirse a la Corte. Más tarde los magistrados se retirarán a deliberar y en un plazo de 24 horas comunicarán su veredicto: si O'Reilly es inocente o culpable.
Según informa este lunes el diario El Mercurio, durante el fin de semana y ad portas de la audiencia de hoy "los jueces quedaron de estudiar toda la prueba presentada en más de 60 jornadas de juicio oral".
De acuerdo a la información que consigna el mismo matutino, la jueza María Teresa Barrientos, de 34 años, "es tildada por sus pares como 'garantista', crítica del actuar del Ministerio Público y, por lo mismo, exige altos estándares probatorios para derribar la presunción de inocencia de los acusados".
En contraste, Francisco Javier Berríos, de 43 años, "es un juez duro" y en el pasado le tocó encabezar una maratónica audiencia de formalización en el caso Hijitus, donde dictó prisión preventiva para la madre de Juan Manuel Romeo, profesor de computación del recinto que fue finalmente absuelto en la causa.
Carola Herrera, de 43 años, "es considerada por sus pares como una magistrada de 'muy bajo perfil, rigurosa y metódica'", señala El Mercurio.
"De los tres integrantes es quien puede resultar menos predecible al momento de fallar, pero todo pasará por si creyó o no el relato que las víctimas dieron en el juicio", comentó al medio un juez oral cuyo nombre no se consigna.
La Fiscalía Metropolitana Oriente, a través de Lorena Parra y Carmen Gloria Guevara, pide 20 años de cárcel e insiste en que los relatos de las menores dan cuenta de los abusos sexuales cometidos por el sacerdote irlandés nacionalizado chileno.
